La noticia recorrió rápidamente la red. Unos tíos, muy inteligentes todos, pertenecientes al staff de la Universidad de Arizona, han puesto a punto un cacharro capaz de generar imágenes holográficas. Si bien no es la primera vez que alguien hace algo como esto, parece que los investigadores han incluido un sistema de memoria que permite generar imágenes en movimiento. Y aquí es donde la noticia se pone caliente: si somos capaces de generar imágenes en movimiento a una velocidad de 30 o más "cuadros" por segundo, estamos a un paso del cine o la TV holográfica.
¿Qué son los hologramas?
En realidad, los hologramas existen desde hace décadas, ya que el primer holograma fue creado en 1947 por Dennis Gabor, mientras que estaba haciendo una investigación para mejorar la resolución de microscopios electrónicos. Los científicos saben que mediante un rayo láser se pueden crear unas placas especiales, que contienen la información tridimensional del objeto retratado (algo así como el equivalente holográfico de una fotografía). Las imágenes obtenidas no solo poseen esa atractiva "sensación 3D" que tanto gusta al público sino que, al cambiar de punto de vista, se puede ver el objeto desde otra posición. Existen algunas limitaciones, sobre todo en lo que hace al ángulo en que el efecto es apreciable pero, en el caso de los hologramas cilíndricos, puede rodearse la imagen para verla desde los 360º.
El secreto de los hologramas reside en que en ellos se almacena más información que en las fotografías normales. Mientras que una foto solo recoge la intensidad de la luz y su color (la longitud de onda) de cada punto que compone la imagen, un holograma también almacena la fase relativa de cada fotón. Esto permite que, en caso de que el holograma se rompa, se tengan varios hologramas, cada uno de ellos del objeto completo pero con menos "resolución". Todo esto implicaba el uso de equipos complejos y placas que tenían la imposibilidad de ser regrabadas. Hasta ahora.
Hacia la TV holográfica
El equipo dirigido por Nasser Peyghambarian ha conseguido crear hologramas que pueden ser reescritos. En su estado actual el proceso demora unos cuantos minutos y no puede usarse para mostrar imágenes en movimiento, pero los ingenieros confían en acelerar el proceso lo suficiente en unos años. En lugar de una placa fija, el dispositivo de Nasser emplea una lámina de un plástico especial (un polímero foto refractivo) atrapada entre dos planchas de vidrio. Cada hoja de vidrio está recubierta con un electrodo. Las imágenes se dibujan sobre el plástico mediante un haz láser y un campo eléctrico de unos 9000 voltios. El aparato puede generar un holograma tridimensional de un objeto a partir de varias imágenes convencionales del mismo, tomadas en diferentes ángulos.
El proyecto ha recibido una subvención de una división de las Fuerzas Armadas Norteamericanas (¡a que ya te lo sospechabas!), que sueña con aplicar esta tecnología a los visores de los pilotos de aviones de combate. Por ahora, el prototipo solo puede mostrar imágenes monocromáticas (de color rojo) sobre una superficie de 10x10 centímetros, que cambian a razón de una cada unos cinco minutos. Pero los científicos del equipo creen que pueden mejorar las características de su polímero para obtener un holograma dinámico con unas 30 o 25 imágenes por segundo. Si están en lo cierto, dentro de unos 5 o 10 años, tendremos en nuestra sala (o, en nuestro, F117) una TV holográfica. ¿Mola, verdad?
¿Qué son los hologramas?
En realidad, los hologramas existen desde hace décadas, ya que el primer holograma fue creado en 1947 por Dennis Gabor, mientras que estaba haciendo una investigación para mejorar la resolución de microscopios electrónicos. Los científicos saben que mediante un rayo láser se pueden crear unas placas especiales, que contienen la información tridimensional del objeto retratado (algo así como el equivalente holográfico de una fotografía). Las imágenes obtenidas no solo poseen esa atractiva "sensación 3D" que tanto gusta al público sino que, al cambiar de punto de vista, se puede ver el objeto desde otra posición. Existen algunas limitaciones, sobre todo en lo que hace al ángulo en que el efecto es apreciable pero, en el caso de los hologramas cilíndricos, puede rodearse la imagen para verla desde los 360º.
El secreto de los hologramas reside en que en ellos se almacena más información que en las fotografías normales. Mientras que una foto solo recoge la intensidad de la luz y su color (la longitud de onda) de cada punto que compone la imagen, un holograma también almacena la fase relativa de cada fotón. Esto permite que, en caso de que el holograma se rompa, se tengan varios hologramas, cada uno de ellos del objeto completo pero con menos "resolución". Todo esto implicaba el uso de equipos complejos y placas que tenían la imposibilidad de ser regrabadas. Hasta ahora.
Hacia la TV holográfica
El equipo dirigido por Nasser Peyghambarian ha conseguido crear hologramas que pueden ser reescritos. En su estado actual el proceso demora unos cuantos minutos y no puede usarse para mostrar imágenes en movimiento, pero los ingenieros confían en acelerar el proceso lo suficiente en unos años. En lugar de una placa fija, el dispositivo de Nasser emplea una lámina de un plástico especial (un polímero foto refractivo) atrapada entre dos planchas de vidrio. Cada hoja de vidrio está recubierta con un electrodo. Las imágenes se dibujan sobre el plástico mediante un haz láser y un campo eléctrico de unos 9000 voltios. El aparato puede generar un holograma tridimensional de un objeto a partir de varias imágenes convencionales del mismo, tomadas en diferentes ángulos.
El proyecto ha recibido una subvención de una división de las Fuerzas Armadas Norteamericanas (¡a que ya te lo sospechabas!), que sueña con aplicar esta tecnología a los visores de los pilotos de aviones de combate. Por ahora, el prototipo solo puede mostrar imágenes monocromáticas (de color rojo) sobre una superficie de 10x10 centímetros, que cambian a razón de una cada unos cinco minutos. Pero los científicos del equipo creen que pueden mejorar las características de su polímero para obtener un holograma dinámico con unas 30 o 25 imágenes por segundo. Si están en lo cierto, dentro de unos 5 o 10 años, tendremos en nuestra sala (o, en nuestro, F117) una TV holográfica. ¿Mola, verdad?
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