Los estudios de diseño que se dedican a inventar las interfaces del futuro no tienen las limitaciones tecnológicas a las que se enfrentan los ingenieros encargados de llevarlas a la práctica. Por eso pueden sorprendernos con maravillas como el Touch Hear. Es posible que pasen 10 o 15 años antes de que vayamos por la vida con un par de implantes como estos, pero es muy bueno tener a alguien que vaya imaginando cómo deberían funcionar.
Design Incubation Centre es el nombre de la empresa que ha creado este concepto. Para que funcione, deberás implantar en tus dedos un sensor que se conecta de forma inalámbrica a receptores implantados en tus oídos. La función de los sensores es recoger información cuando, por ejemplo, los pasamos sobre un texto. Esto permitiría a la electrónica contenida en el sistema, susurrarnos al oído información extra sobre el tema que trata el documento. Si el texto se encontrase en un idioma que no conocemos, el sistema podría efectuar una traducción automática. Y si son nombres de lugares o personas, podría agregar información geográfica o biográfica.
Una vez que nos hemos formado una imagen mental de cómo funcionaria el sistema, se nos ocurren muchísimas aplicaciones más. De hecho, se trata de un sistema de realidad aumentada que nos permitiría “oír” con nuestros dedos. Información sobre texturas, colores o incluso imágenes estarían disponibles para nuestros implantes de forma casi natural. Solo imagina lo que significaría una interfaz como esta para un no vidente.
Los gadgets del futuro serán realmente impresionantes. No solo dispondrán de Terabytes de capacidad sino que, si los muchachos de Design Incubation Centre están en lo cierto, migrarán hacia el interior de nuestros cuerpos. ¿No es maravilloso?
Design Incubation Centre es el nombre de la empresa que ha creado este concepto. Para que funcione, deberás implantar en tus dedos un sensor que se conecta de forma inalámbrica a receptores implantados en tus oídos. La función de los sensores es recoger información cuando, por ejemplo, los pasamos sobre un texto. Esto permitiría a la electrónica contenida en el sistema, susurrarnos al oído información extra sobre el tema que trata el documento. Si el texto se encontrase en un idioma que no conocemos, el sistema podría efectuar una traducción automática. Y si son nombres de lugares o personas, podría agregar información geográfica o biográfica.
Una vez que nos hemos formado una imagen mental de cómo funcionaria el sistema, se nos ocurren muchísimas aplicaciones más. De hecho, se trata de un sistema de realidad aumentada que nos permitiría “oír” con nuestros dedos. Información sobre texturas, colores o incluso imágenes estarían disponibles para nuestros implantes de forma casi natural. Solo imagina lo que significaría una interfaz como esta para un no vidente.
Los gadgets del futuro serán realmente impresionantes. No solo dispondrán de Terabytes de capacidad sino que, si los muchachos de Design Incubation Centre están en lo cierto, migrarán hacia el interior de nuestros cuerpos. ¿No es maravilloso?
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