La Tierra se nos está quedando pequeña y cada vez necesitamos más energía para mantener nuestro estado de bienestar. Todo el mundo asegura que las reservas petrolíferas tienen los días contados y que no vamos a tardar muchos años en comenzar a sufrir la regresión energética más feroz de nuestra historia. Sin embargo, científicos americanos de la Universidad Estatal de Montana se han adentrado en las húmedas selvas patagónicas para encontrar un hongo muy prometedor que crece en las ramas de unos árboles llamados Ulmos, que permanecen siempre verdes y que pueden alcanzar los 40 metros de altura.
¿Qué tienen de especial estos simpáticos champiñones microscópicos? Pues ni más ni menos que la facultad de generar combustible diesel en forma de gas a partir de la descomposición de materia vegetal. Asegura su descubridor, Gary Strobel, que "No hay otro organismo conocido en el planeta que haga esto" y añade "El hongo puede producir estos compuestos de diesel a partir de celulosa, lo que lo convertiría en una mejor fuente de biocombustible que cualquier otra cosa que usamos en estos momentos".
En los cultivos de laboratorio, este hongo denominado Gliocladium roseum, produce unos vapores orgánicos que coinciden plenamente con la composición del diesel, incluso de más calidad que el obtenido por procedimientos habituales al tener a escala molecular alcoholes y esteros que, combinados, proporcionan una combustión mucho más limpia que la del diesel ordinario. El alto contenido en hidrocarbonos puros supone que este micodiesel funcionaría mejor que el bioetanol producido por la caña de azúcar, por ejemplo, que contiene átomos de oxígeno y almacena menos energía que los hidrocarbonos.
Se está intentando extraer combustible desde todos puntos posibles. Se investigan los microbios, se estudian las algas y hasta se miran con lupa los desechos plásticos. Pero para este científico el descubrimiento tiene posibilidades reales de convertirse en la fuente de combustible alternativa aunque se necesitan todavía mas pruebas para demostrar la viabilidad de la idea. Como él mismo señala "Siempre habíamos asumido que el petróleo es resultado de procesos geoquímicos, pero puede ser que procesos microbianos produzcan también petróleo, así que deberíamos poder conseguir fabricar nuestro propio crudo a través de procesos totalmente ecológicos". Además, a diferencia de los procedimientos actuales donde el material biodegradable tiene que ser primero procesado, con este hongo nos encontramos libres de ese paso, permitiendo avanzar hacia el avituallamiento más directo de combustible basado en esta técnica.
Quién iba a pensar que un hongo de medio pelo iba a ser capaz de despedir vapores diesel, cual fragancia exquisita. Prepárense para las gasolineras con dispensador de setas. O ya puestos, cualquier picnic que organicemos en algún bosque cercano puede regalarnos un viaje de vuelta gratis en nuestro coche diesel.
¿Qué tienen de especial estos simpáticos champiñones microscópicos? Pues ni más ni menos que la facultad de generar combustible diesel en forma de gas a partir de la descomposición de materia vegetal. Asegura su descubridor, Gary Strobel, que "No hay otro organismo conocido en el planeta que haga esto" y añade "El hongo puede producir estos compuestos de diesel a partir de celulosa, lo que lo convertiría en una mejor fuente de biocombustible que cualquier otra cosa que usamos en estos momentos".
En los cultivos de laboratorio, este hongo denominado Gliocladium roseum, produce unos vapores orgánicos que coinciden plenamente con la composición del diesel, incluso de más calidad que el obtenido por procedimientos habituales al tener a escala molecular alcoholes y esteros que, combinados, proporcionan una combustión mucho más limpia que la del diesel ordinario. El alto contenido en hidrocarbonos puros supone que este micodiesel funcionaría mejor que el bioetanol producido por la caña de azúcar, por ejemplo, que contiene átomos de oxígeno y almacena menos energía que los hidrocarbonos.
Se está intentando extraer combustible desde todos puntos posibles. Se investigan los microbios, se estudian las algas y hasta se miran con lupa los desechos plásticos. Pero para este científico el descubrimiento tiene posibilidades reales de convertirse en la fuente de combustible alternativa aunque se necesitan todavía mas pruebas para demostrar la viabilidad de la idea. Como él mismo señala "Siempre habíamos asumido que el petróleo es resultado de procesos geoquímicos, pero puede ser que procesos microbianos produzcan también petróleo, así que deberíamos poder conseguir fabricar nuestro propio crudo a través de procesos totalmente ecológicos". Además, a diferencia de los procedimientos actuales donde el material biodegradable tiene que ser primero procesado, con este hongo nos encontramos libres de ese paso, permitiendo avanzar hacia el avituallamiento más directo de combustible basado en esta técnica.
Quién iba a pensar que un hongo de medio pelo iba a ser capaz de despedir vapores diesel, cual fragancia exquisita. Prepárense para las gasolineras con dispensador de setas. O ya puestos, cualquier picnic que organicemos en algún bosque cercano puede regalarnos un viaje de vuelta gratis en nuestro coche diesel.
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