"Zeús Krónios (descendiente de Cronos), o simplemente Zeús o Zdeús o Dias es el líder de los dioses y el dios del cielo y el trueno en la mitología griega.
Etimología
Zeus era originalmente el mismo dios de la religión indo-europea equivalente al dios védico Dyaus Pitar (compárese con Júpiter) y al Tyr (Ziu, Tiw, Tiwaz) de las mitología germánica y nórdica. Tyr fue sin embargo suplantado por Odín como dios supremo en los pueblos germánicos. Irónicamente, las tribus germánicas no identificaban a Zeus/Júpiter con Tyr ni con Odín, sino con Tor.
Tanto la palabra griega Theus (Zeus) como la latina Iupiter (Júpiter) provienen de Diau-pitar (que en épocas posteriores prácticamente fue olvidado). Diau en sánscrito significa "cielo" y pitar-piter-pater "padre". De la palabra Theus proviene la palabra Dios en castellano. Sus derivados (como las palabras "teología" o "teocracia") originalmente se escribían con th (theología, theocracia) y se pronunciaba zeología, zeocracia.
El culto a Zeus
Papel y títulos
El papel de Zeus en el panteón olímpico de la Grecia antigua no puede ser exagerado. Engendró a muchos de los héroes y heroínas (véase una lista al final del artículo) y participaba en muchas de sus historias. Aunque era el dios del cielo y el trueno, era también el artificio cultural más elevado. En algunos sentidos, era para los griegos la encarnación de sus creencias religiosas y la deidad arquetípica.
Los diversos títulos aplicados a Zeus enfatizaban diferentes aspectos de su amplísima autoridad:
Olimpio enfatizaba el reinado de Zeus sobre los dioses y sobre el festival panhelénico en Olimpia.
Un título relacionado era Panhelenio ("Zeus de todos los helenos"), a quien estaba dedicado el famoso templo de Eaco en Egina.
Como Xenios, Zeus era el patrón de la hospitalidad y los invitados, presto a vengar cualquier injusticia cometida contra un extraño.
Como Horkios, era el vigilante de los juramentos. A los mentirosos que eran descubiertos se les hacía dedicar una estatua a Zeus, con frecuencia en el santuario de Olimpia.
Como Agoraios, Zeus vigilaba los negocios en el ágora, y castigaba a los comerciantes deshonestos.
Cultos panhelénicos a Zeus
El principal centro en el que todos los griegos convergían para rendir honor a su dios jefe era Olimpia. El festival cuatrienal que se celebraba allí incluía los famosos Juegos. Había también un altar dedicado a Zeus construido no con piedra, sino con ceniza, procedente de los restos acumulados durante muchos siglos de víctimas animales inmoladas allí.
Aparte de los principales santuarios situados entre poleis, había determinadas formas de adorar a Zeus que compartía todo el mundo griego. La mayoría de los títulos anteriormente enumerados, por ejemplo, podían encontrarse en ciertos templos griegos desde Asia Menor hasta Sicilia. Determinados rituales se celebraban de la misma forma también: sacrificar un animal blanco sobre un altar elevado, por nombrar uno.
Por otra parte, algunas ciudades tenían cultos a Zeus que funcionaban de formas marcadamente diferentes.
Algunos cultos locales a Zeus
Además de los títulos y conceptos panhelénicos enumerados anteriormente, los cultos locales mantuvieron sus propias ideas idiosincrásicas sobre el rey de los dioses y los hombres. A continuación se enumeran algunas de ellas.
Zeus cretense
En Creta, se adoraba a Zeus en una serie de cuevas en Knossos, Ida y Palaikastro. Las historias de Minos y Epiménides sugieren que estas cuevas fueron alguna vez usadas para la adivinación incubadora por reyes y sacerdotes. El escenario dramático de las Leyes de Platón está en la ruta de peregrinaje a uno de estos sitios, enfatizando los vínculos del Zeus cretense con la legislación prudente y el conocimiento oculto. En Creta, Zeus era representado en el arte como un joven de largos cabellos en lugar de como un adulto maduro, y en los himnos se apelaba a él como ho megas kouros, "el gran joven". Junto con los Curetes, un grupo de extáticos bailarines armados, Zeus presidía el riguroso entrenamiento militar y atlético y los ritos secretos de la paideia cretense.
Zeus Lykaios en Arcadia
Kylix laconio del siglo VI adC, mostrando a Zeus Lykaios con un águila.El título Lykaios está morfológicamente conectado con lyke ("brillo"), pero se parece mucho a lykos ("lobo"). Por esto a Zeus se le aplican los epítetos de Liceo y Licio, respectivamente. Esta ambigüedad semántica se reflejaba en el extraño culto a Zeus Lykaios en las más remotas regiones de Arcadia, donde el dios tomaba características luminosas y lobunas. Por una parte, presidía el monte Lykaion ("la montaña brillante"), el pico más alto de Arcadia y lugar de un recinto en el que, supuestamente, ninguna sombra era jamás proyectada (Pausanias 8.38). Por la otra, estaba relacionado con Licaón ("el lobo-hombre"), cuyo antiguo canibalismo era conmemorado con extraños ritos periódicos. Según Platón (La república 565d-e), cierto clan se reuniría en la montaña para realizar un sacrificio cada ocho años a Zeus Lykaios, y un único trozo de entrañas humanas sería mezclado con las del animal. Se decía que quien comía la carne humana se transformaba en un lobo, y sólo podía recuperar su forma original si no volvía a comer carne humana hasta que hubiese terminado el siguiente ciclo de ocho años.
Zeus subterráneo
Aunque la etimología indica que Zeus era originalmente un dios del cielo, muchas ciudades griegas honraban a Zeuses que vivían bajo tierra. Los atenienses y sicilianos adoraban a Zeus Meiliquios ("amable" o "meloso"), mientras otras ciudades tenían a Zeus Ctonio ("terroso"), Catactonio ("bajo tierra") y Plousios ("dador de riquezas"). Estas deidades podían ser representadas indistintamente como serpientes u hombres en el arte. También recibían ofrendas de víctimas animales negras en pozos hundidos, como se hacía con deidades ctónicas como Perséfone y Deméter, y también con los héroes en sus tumbas. Los dioses olímpicos, por el contrario, recibían normalmente sacrificios de víctimas blancas sobre altares elevados.
En algunos casos, las ciudades no estaban completamente seguras de si el daimon para quien realizaban el sacrificio era un héroe o un Zeus subterráneo. De ahí que el altar en Lebadea en Beocia pudiera corresponder al héroe Trofonio o a Zeus Trephonio ("el criador"), según se consulte a Pausanias o a Estrabo. El héroe Anfiarao era adorado como Zeus Amphiaraus en Oropo, a las afueras de Tebas, y los espartanos tenían incluso un altar a Zeus Agamemnon.
Oráculos de Zeus
Aunque la mayoría de los oráculos procedía de Apolo, los héroes y diversas diosas como Temis, algunos lugares oraculares fueron dedicados a Zeus.
El oráculo de Dodona
El culto a Zeus en Dodona en Epiro, donde hay evidencias de actividad religiosa a partir del II milenio adC, giraba en torno a un roble sagrado. Cuando La Odisea fue compuesta (sobre el 750 adC), las profecías eran realizadas por sacerdotes descalzos llamados Selloi, que yacían en el suelo y observaban el susurro de las hojas y las ramas (Od. 14.326-7). En la época en la que Herodoto escribió sobre Dodona, las sacerdotisas llamadas peleiades ("palomas") habían reemplazado a estos sacerdotes.
En Dodona la esposa de Zeus no era Hera sino la diosa Dione, cuyo nombre es la forma femenina de "Zeus". Su posición como titánide sugiere según algunos que puede haber sido una deidad prehelénica más poderosa, y quizás la ocupante original del oráculo.
El oráculo de Siwa
El oráculo de Amón en el oasis de Siwa en Libia no quedaba dentro de los límites del mundo griego antes de Alejandro Magno, pero aún así tenía gran influencia en los griegos durante la era arcaica: Herodoto menciona consultas a Zeus Amón en su relato de la Guerra Persa. Zeus Amón era especialmente honrado en Esparta, donde existía un templo dedicado a él en la época de la Guerra Peloponesa (Pausanias 3.18).
Otros oráculos de Zeus
Se decía que los dos Zeuses (o héroes) ctónicos Trofonio y Anfiarao daban oráculos en sus lugares de culto.
Zeus y los dioses extranjeros
Zeus era equivalente al dios romano Júpiter (de Jovis Pater o "Padre Jove") y estaba asociado en la imaginación sincrética clásica con algunos otros dioses, tales como el egipcio Amón y el etrusco Tinio. Junto con Dionisos, Zeus absorbió el papel del dios jefe frigio Sabacio en la deidad sincrética conocida en Roma como Sabazius.
Zeus en la mitología
Inicios
Nacimiento
Cronos fue padre de varios hijos con Rea: Hestia, Deméter, Hera, Hades y Poseidón, pero se los tragó tan pronto como nacieron, pues Gaia y Urano le habían revelado que estaba destinado a ser derrocado por su propio hijo, tal como él había destronado a su padre. Pero cuando Zeus estaba a punto de nacer, Rea pidió consejo a Urano y Gaia para urdir un plan que le salvara, y así Cronos tuviera el justo castigo a sus actos contra Urano y contra sus propios hijos. Rea se escondió en la isla de Creta, donde dio a luz a Zeus. Luego engañó a Cronos, dándole una piedra envuelta en pañales que éste tragó en seguida sin desconfiar.
Infancia
Entonces Rea escondió a Zeus en una cueva del monte Ida en Creta. Según diversas versiones de esta historia, Zeus fue criado:
Por Gaia.
Por una cabra llamada Amaltea, mientras una compañía de soldados llamados Curetes o Coribantes, o algunos dioses menores, bailaban, gritaban y daban palmadas para hacer ruido y que Cronos no oyese los llantos del niño.
Por una ninfa llamada Adamantea. Puesto que Cronos gobernaba la tierra, los cielos y el mar, ella le escondió colgándole con una cuerda de un árbol, de forma que quedaba suspendido entre la tierra, el mar y el cielo, siendo pues invisible a su padre.
Por una ninfa llamada Cinosura. En agradecimiento, Zeus la subió entre las estrellas tras su muerte.
Por Melisa, quien lo alimentó con leche de cabra.
Zeus se convierte en rey de los dioses
Tras hacerse adulto, Zeus obligó a Cronos a regurgitar a sus otros hijos en orden inverso al que los había tragado: primero la piedra, que se le dejó a Pitón bajo las cañadas del Parnaso como señal a los hombres mortales, y después al resto. En algunas versiones, Metis le dio a Cronos un emético para obligarle a vomitar los bebés, y en otras Zeus abrió el estómago de Cronos. Entonces Zeus liberó a los hermanos de Cronos, los Gigantes, los Hecatónquiros y los Cíclopes, de su mazmorra en el Tártaro y mató a su guardiana, Campe. En agradecimiento, los Cíclopes le dieron el trueno, el rayo y el relámpago, que habían sido previamente escondidos por Gaia. En una guerra llamada la Titanomaquia, Zeus y sus hermanos y hermanas junto con los Gigantes, Hecatónquiros y Cíclopes, derrocaron a Cronos y a los otros Titanes, que fueron encerrados en el Tártaro, un lugar húmedo, lúgubre, frío y neblinoso en los más profundo de la Tierra. Irónicamente, Zeus también encarceló allí a los Hecatónquiros y los Cíclopes.
Tras la batalla con los Titanes, Zeus se repartió el mundo con sus hermanos mayores, Poseidón y Hades, echándoselo a suertes: Zeus consiguió la tierra, Poseidón el mar y Hades el mundo de las sombras (los muertos).
Poco después de subir al trono como rey de los dioses, Zeus luchó con los monstruos Tifón y Equidna, derrotándoles. Dejó a éstos y a sus hijos con vida como desafío para futuros héroes.
Las alegrías del matrimonio
Zeus era hermano y marido de Hera, con que tuvo a Hefesto. Zeus es famoso por sus aventuras extramatrimoniales con varias diosas —notablemente Deméter, Latona, Dione y Maia (mitología)— y con mujeres mortales —entre las que destacan Sémele, Ío, Europa y Leda—. Su esposa, Hera, era muy celosa y sistemáticamente intentaba castigar a las amantes de Zeus y a los que hijos que de él tenían. Durante un tiempo, una ninfa llamada Eco tuvo el trabajo de distraer a Hera de los asuntos de Zeus hablándole incesantemente. Cuando Hera descubrió el engaño, maldijo a Eco a pronunciar sólo las palabras de los demás (de ahí nuestra palabra moderna "eco").
Seducciones
En una época menos sensible llamadas las "Violaciones" de Zeus, éstas no eran aventuras amorosas sino sucesos míticos que, uno tras otro, registraban el culto local a una ninfa del agua o los bosques que había sido suplantado por orden patrilineal olímpico imperante, provocando una revolución cultural, social y religiosa, o al menos una reforma radical de las creencias antiguas y una lectura reinterpretada de prácticas de culto bien establecidas.
Resulta notable que ninguna de estas relaciones amorosas involucrase a las diosas olímpicas. Zeus solían engendrar con la ninfa el progenitor epónimo de una estirpe de reyes que sobreviviría épocas heroicas o historias arcaicas. En muchos casos Hera, la "celosa" diosa que representaba las tradiciones religiosas conservadoras, se vengaba atrozmente de la desleal "desertora", quien sucumbía al nuevo orden (véase Ío, etcétera). Cada vez que la fémina seducida sea humana, el atento lector encontrará pronto que su madre era una ninfa o semidiosa.
Seducciones heterosexuales: Calisto, Alcmena, Egina, Taigete, Elara, Asteria, Dánae, Ío, Lamia
Seducciones homosexuales: Ganímedes
Miscelánea
Aunque Zeus era con frecuencia mezquino y malicioso, también tenía una vena justiciera, cuyos mejores ejemplos quizás sean la ayuda que prestó a Atreo y la ejecución de Capaneo por su desmedida arrogancia.
Zeus convirtió a Pandareo en piedra por robar un perro de bronce de uno de sus templos en Creta.
Zeus mató a Salmoneo con un rayo por intentar imitarle, montando en un carro de bronce e imitando el ruido de trueno con cacharros de cocina.
Cuando era niño, Zeus tuvo un amigo llamado Celmis. Muchos años después, Rea se sintió ofendida por las payasadas de Celmis y pidió a Zeus que le convirtiera en un trozo de acero o diamante. Zeus así lo hizo.
Zeus transformó a Periphas en un águila tras su muerte, como recompensa por haber sido recto y justo.
En la boda de Zeus y Hera, una ninfa llamada Quelona fue irrespetuosa (o rehusó servir). Zeus la condenó al silencio eterno.
Cuando Memnón murió, Zeus tuvo compasión de su madre, Eos, la diosa de la aurora, y le concedió la inmortalidad.
Zeus tomó la decisión de casar a Afrodita con Hefesto para evitar disputas por ella entre los muchos dioses que deseaban a la diosa de la belleza.
Zeus, con Hera, convirtieron los reyes de Tracia Hemo y Ródope en montañas por su vanidad.
Zeus cambió un caduceo por la primera flauta con Hermes.
Zeus transformó a Atalanta e Hipomenes (o Melanión) en leones por haber mantenido relaciones sexuales en sus templos.
Zeus cegó a Tiresias, pero también le concedió el don de la profecía."
Etimología
Zeus era originalmente el mismo dios de la religión indo-europea equivalente al dios védico Dyaus Pitar (compárese con Júpiter) y al Tyr (Ziu, Tiw, Tiwaz) de las mitología germánica y nórdica. Tyr fue sin embargo suplantado por Odín como dios supremo en los pueblos germánicos. Irónicamente, las tribus germánicas no identificaban a Zeus/Júpiter con Tyr ni con Odín, sino con Tor.
Tanto la palabra griega Theus (Zeus) como la latina Iupiter (Júpiter) provienen de Diau-pitar (que en épocas posteriores prácticamente fue olvidado). Diau en sánscrito significa "cielo" y pitar-piter-pater "padre". De la palabra Theus proviene la palabra Dios en castellano. Sus derivados (como las palabras "teología" o "teocracia") originalmente se escribían con th (theología, theocracia) y se pronunciaba zeología, zeocracia.
El culto a Zeus
Papel y títulos
El papel de Zeus en el panteón olímpico de la Grecia antigua no puede ser exagerado. Engendró a muchos de los héroes y heroínas (véase una lista al final del artículo) y participaba en muchas de sus historias. Aunque era el dios del cielo y el trueno, era también el artificio cultural más elevado. En algunos sentidos, era para los griegos la encarnación de sus creencias religiosas y la deidad arquetípica.
Los diversos títulos aplicados a Zeus enfatizaban diferentes aspectos de su amplísima autoridad:
Olimpio enfatizaba el reinado de Zeus sobre los dioses y sobre el festival panhelénico en Olimpia.
Un título relacionado era Panhelenio ("Zeus de todos los helenos"), a quien estaba dedicado el famoso templo de Eaco en Egina.
Como Xenios, Zeus era el patrón de la hospitalidad y los invitados, presto a vengar cualquier injusticia cometida contra un extraño.
Como Horkios, era el vigilante de los juramentos. A los mentirosos que eran descubiertos se les hacía dedicar una estatua a Zeus, con frecuencia en el santuario de Olimpia.
Como Agoraios, Zeus vigilaba los negocios en el ágora, y castigaba a los comerciantes deshonestos.
Cultos panhelénicos a Zeus
El principal centro en el que todos los griegos convergían para rendir honor a su dios jefe era Olimpia. El festival cuatrienal que se celebraba allí incluía los famosos Juegos. Había también un altar dedicado a Zeus construido no con piedra, sino con ceniza, procedente de los restos acumulados durante muchos siglos de víctimas animales inmoladas allí.
Aparte de los principales santuarios situados entre poleis, había determinadas formas de adorar a Zeus que compartía todo el mundo griego. La mayoría de los títulos anteriormente enumerados, por ejemplo, podían encontrarse en ciertos templos griegos desde Asia Menor hasta Sicilia. Determinados rituales se celebraban de la misma forma también: sacrificar un animal blanco sobre un altar elevado, por nombrar uno.
Por otra parte, algunas ciudades tenían cultos a Zeus que funcionaban de formas marcadamente diferentes.
Algunos cultos locales a Zeus
Además de los títulos y conceptos panhelénicos enumerados anteriormente, los cultos locales mantuvieron sus propias ideas idiosincrásicas sobre el rey de los dioses y los hombres. A continuación se enumeran algunas de ellas.
Zeus cretense
En Creta, se adoraba a Zeus en una serie de cuevas en Knossos, Ida y Palaikastro. Las historias de Minos y Epiménides sugieren que estas cuevas fueron alguna vez usadas para la adivinación incubadora por reyes y sacerdotes. El escenario dramático de las Leyes de Platón está en la ruta de peregrinaje a uno de estos sitios, enfatizando los vínculos del Zeus cretense con la legislación prudente y el conocimiento oculto. En Creta, Zeus era representado en el arte como un joven de largos cabellos en lugar de como un adulto maduro, y en los himnos se apelaba a él como ho megas kouros, "el gran joven". Junto con los Curetes, un grupo de extáticos bailarines armados, Zeus presidía el riguroso entrenamiento militar y atlético y los ritos secretos de la paideia cretense.
Zeus Lykaios en Arcadia
Kylix laconio del siglo VI adC, mostrando a Zeus Lykaios con un águila.El título Lykaios está morfológicamente conectado con lyke ("brillo"), pero se parece mucho a lykos ("lobo"). Por esto a Zeus se le aplican los epítetos de Liceo y Licio, respectivamente. Esta ambigüedad semántica se reflejaba en el extraño culto a Zeus Lykaios en las más remotas regiones de Arcadia, donde el dios tomaba características luminosas y lobunas. Por una parte, presidía el monte Lykaion ("la montaña brillante"), el pico más alto de Arcadia y lugar de un recinto en el que, supuestamente, ninguna sombra era jamás proyectada (Pausanias 8.38). Por la otra, estaba relacionado con Licaón ("el lobo-hombre"), cuyo antiguo canibalismo era conmemorado con extraños ritos periódicos. Según Platón (La república 565d-e), cierto clan se reuniría en la montaña para realizar un sacrificio cada ocho años a Zeus Lykaios, y un único trozo de entrañas humanas sería mezclado con las del animal. Se decía que quien comía la carne humana se transformaba en un lobo, y sólo podía recuperar su forma original si no volvía a comer carne humana hasta que hubiese terminado el siguiente ciclo de ocho años.
Zeus subterráneo
Aunque la etimología indica que Zeus era originalmente un dios del cielo, muchas ciudades griegas honraban a Zeuses que vivían bajo tierra. Los atenienses y sicilianos adoraban a Zeus Meiliquios ("amable" o "meloso"), mientras otras ciudades tenían a Zeus Ctonio ("terroso"), Catactonio ("bajo tierra") y Plousios ("dador de riquezas"). Estas deidades podían ser representadas indistintamente como serpientes u hombres en el arte. También recibían ofrendas de víctimas animales negras en pozos hundidos, como se hacía con deidades ctónicas como Perséfone y Deméter, y también con los héroes en sus tumbas. Los dioses olímpicos, por el contrario, recibían normalmente sacrificios de víctimas blancas sobre altares elevados.
En algunos casos, las ciudades no estaban completamente seguras de si el daimon para quien realizaban el sacrificio era un héroe o un Zeus subterráneo. De ahí que el altar en Lebadea en Beocia pudiera corresponder al héroe Trofonio o a Zeus Trephonio ("el criador"), según se consulte a Pausanias o a Estrabo. El héroe Anfiarao era adorado como Zeus Amphiaraus en Oropo, a las afueras de Tebas, y los espartanos tenían incluso un altar a Zeus Agamemnon.
Oráculos de Zeus
Aunque la mayoría de los oráculos procedía de Apolo, los héroes y diversas diosas como Temis, algunos lugares oraculares fueron dedicados a Zeus.
El oráculo de Dodona
El culto a Zeus en Dodona en Epiro, donde hay evidencias de actividad religiosa a partir del II milenio adC, giraba en torno a un roble sagrado. Cuando La Odisea fue compuesta (sobre el 750 adC), las profecías eran realizadas por sacerdotes descalzos llamados Selloi, que yacían en el suelo y observaban el susurro de las hojas y las ramas (Od. 14.326-7). En la época en la que Herodoto escribió sobre Dodona, las sacerdotisas llamadas peleiades ("palomas") habían reemplazado a estos sacerdotes.
En Dodona la esposa de Zeus no era Hera sino la diosa Dione, cuyo nombre es la forma femenina de "Zeus". Su posición como titánide sugiere según algunos que puede haber sido una deidad prehelénica más poderosa, y quizás la ocupante original del oráculo.
El oráculo de Siwa
El oráculo de Amón en el oasis de Siwa en Libia no quedaba dentro de los límites del mundo griego antes de Alejandro Magno, pero aún así tenía gran influencia en los griegos durante la era arcaica: Herodoto menciona consultas a Zeus Amón en su relato de la Guerra Persa. Zeus Amón era especialmente honrado en Esparta, donde existía un templo dedicado a él en la época de la Guerra Peloponesa (Pausanias 3.18).
Otros oráculos de Zeus
Se decía que los dos Zeuses (o héroes) ctónicos Trofonio y Anfiarao daban oráculos en sus lugares de culto.
Zeus y los dioses extranjeros
Zeus era equivalente al dios romano Júpiter (de Jovis Pater o "Padre Jove") y estaba asociado en la imaginación sincrética clásica con algunos otros dioses, tales como el egipcio Amón y el etrusco Tinio. Junto con Dionisos, Zeus absorbió el papel del dios jefe frigio Sabacio en la deidad sincrética conocida en Roma como Sabazius.
Zeus en la mitología
Inicios
Nacimiento
Cronos fue padre de varios hijos con Rea: Hestia, Deméter, Hera, Hades y Poseidón, pero se los tragó tan pronto como nacieron, pues Gaia y Urano le habían revelado que estaba destinado a ser derrocado por su propio hijo, tal como él había destronado a su padre. Pero cuando Zeus estaba a punto de nacer, Rea pidió consejo a Urano y Gaia para urdir un plan que le salvara, y así Cronos tuviera el justo castigo a sus actos contra Urano y contra sus propios hijos. Rea se escondió en la isla de Creta, donde dio a luz a Zeus. Luego engañó a Cronos, dándole una piedra envuelta en pañales que éste tragó en seguida sin desconfiar.
Infancia
Entonces Rea escondió a Zeus en una cueva del monte Ida en Creta. Según diversas versiones de esta historia, Zeus fue criado:
Por Gaia.
Por una cabra llamada Amaltea, mientras una compañía de soldados llamados Curetes o Coribantes, o algunos dioses menores, bailaban, gritaban y daban palmadas para hacer ruido y que Cronos no oyese los llantos del niño.
Por una ninfa llamada Adamantea. Puesto que Cronos gobernaba la tierra, los cielos y el mar, ella le escondió colgándole con una cuerda de un árbol, de forma que quedaba suspendido entre la tierra, el mar y el cielo, siendo pues invisible a su padre.
Por una ninfa llamada Cinosura. En agradecimiento, Zeus la subió entre las estrellas tras su muerte.
Por Melisa, quien lo alimentó con leche de cabra.
Zeus se convierte en rey de los dioses
Tras hacerse adulto, Zeus obligó a Cronos a regurgitar a sus otros hijos en orden inverso al que los había tragado: primero la piedra, que se le dejó a Pitón bajo las cañadas del Parnaso como señal a los hombres mortales, y después al resto. En algunas versiones, Metis le dio a Cronos un emético para obligarle a vomitar los bebés, y en otras Zeus abrió el estómago de Cronos. Entonces Zeus liberó a los hermanos de Cronos, los Gigantes, los Hecatónquiros y los Cíclopes, de su mazmorra en el Tártaro y mató a su guardiana, Campe. En agradecimiento, los Cíclopes le dieron el trueno, el rayo y el relámpago, que habían sido previamente escondidos por Gaia. En una guerra llamada la Titanomaquia, Zeus y sus hermanos y hermanas junto con los Gigantes, Hecatónquiros y Cíclopes, derrocaron a Cronos y a los otros Titanes, que fueron encerrados en el Tártaro, un lugar húmedo, lúgubre, frío y neblinoso en los más profundo de la Tierra. Irónicamente, Zeus también encarceló allí a los Hecatónquiros y los Cíclopes.
Tras la batalla con los Titanes, Zeus se repartió el mundo con sus hermanos mayores, Poseidón y Hades, echándoselo a suertes: Zeus consiguió la tierra, Poseidón el mar y Hades el mundo de las sombras (los muertos).
Poco después de subir al trono como rey de los dioses, Zeus luchó con los monstruos Tifón y Equidna, derrotándoles. Dejó a éstos y a sus hijos con vida como desafío para futuros héroes.
Las alegrías del matrimonio
Zeus era hermano y marido de Hera, con que tuvo a Hefesto. Zeus es famoso por sus aventuras extramatrimoniales con varias diosas —notablemente Deméter, Latona, Dione y Maia (mitología)— y con mujeres mortales —entre las que destacan Sémele, Ío, Europa y Leda—. Su esposa, Hera, era muy celosa y sistemáticamente intentaba castigar a las amantes de Zeus y a los que hijos que de él tenían. Durante un tiempo, una ninfa llamada Eco tuvo el trabajo de distraer a Hera de los asuntos de Zeus hablándole incesantemente. Cuando Hera descubrió el engaño, maldijo a Eco a pronunciar sólo las palabras de los demás (de ahí nuestra palabra moderna "eco").
Seducciones
En una época menos sensible llamadas las "Violaciones" de Zeus, éstas no eran aventuras amorosas sino sucesos míticos que, uno tras otro, registraban el culto local a una ninfa del agua o los bosques que había sido suplantado por orden patrilineal olímpico imperante, provocando una revolución cultural, social y religiosa, o al menos una reforma radical de las creencias antiguas y una lectura reinterpretada de prácticas de culto bien establecidas.
Resulta notable que ninguna de estas relaciones amorosas involucrase a las diosas olímpicas. Zeus solían engendrar con la ninfa el progenitor epónimo de una estirpe de reyes que sobreviviría épocas heroicas o historias arcaicas. En muchos casos Hera, la "celosa" diosa que representaba las tradiciones religiosas conservadoras, se vengaba atrozmente de la desleal "desertora", quien sucumbía al nuevo orden (véase Ío, etcétera). Cada vez que la fémina seducida sea humana, el atento lector encontrará pronto que su madre era una ninfa o semidiosa.
Seducciones heterosexuales: Calisto, Alcmena, Egina, Taigete, Elara, Asteria, Dánae, Ío, Lamia
Seducciones homosexuales: Ganímedes
Miscelánea
Aunque Zeus era con frecuencia mezquino y malicioso, también tenía una vena justiciera, cuyos mejores ejemplos quizás sean la ayuda que prestó a Atreo y la ejecución de Capaneo por su desmedida arrogancia.
Zeus convirtió a Pandareo en piedra por robar un perro de bronce de uno de sus templos en Creta.
Zeus mató a Salmoneo con un rayo por intentar imitarle, montando en un carro de bronce e imitando el ruido de trueno con cacharros de cocina.
Cuando era niño, Zeus tuvo un amigo llamado Celmis. Muchos años después, Rea se sintió ofendida por las payasadas de Celmis y pidió a Zeus que le convirtiera en un trozo de acero o diamante. Zeus así lo hizo.
Zeus transformó a Periphas en un águila tras su muerte, como recompensa por haber sido recto y justo.
En la boda de Zeus y Hera, una ninfa llamada Quelona fue irrespetuosa (o rehusó servir). Zeus la condenó al silencio eterno.
Cuando Memnón murió, Zeus tuvo compasión de su madre, Eos, la diosa de la aurora, y le concedió la inmortalidad.
Zeus tomó la decisión de casar a Afrodita con Hefesto para evitar disputas por ella entre los muchos dioses que deseaban a la diosa de la belleza.
Zeus, con Hera, convirtieron los reyes de Tracia Hemo y Ródope en montañas por su vanidad.
Zeus cambió un caduceo por la primera flauta con Hermes.
Zeus transformó a Atalanta e Hipomenes (o Melanión) en leones por haber mantenido relaciones sexuales en sus templos.
Zeus cegó a Tiresias, pero también le concedió el don de la profecía."