sábado, 26 de julio de 2008

Que es la Anorexia nerviosa?

Un problema que confrontan los adolescentes, es en especial las hembras es el de mantener el peso que les dé una figura ideal, estilizada y delgada. Esta preocupación puede llevar a estados patológicos como la anorexia nerviosa. Esta enfermedad se caracteriza por una preocupación extremada de perder peso, lo cual puede llegar a poner en serio peligro tanto la salud como la vida de la persona.

El anoréxico es casi exclusivamente del sexo femenino en su etapa adolescente. La adolescente, en su lucha por el éxito, influenciada por los medios de comunicación de masa, selección la disminución de peso como una de las vías para alcanzar el éxito a través de un comportamiento competitivo y perfeccionista. Ella desea tener la figura más delgada y el cuerpo más perfecto que cualquiera otro adolescente de su misma edad. Esto puede convertirse en una obsesión, lo que lleva a perder mucho más peso que el que debería perder.

Finalmente, aparecen los síntomas de la desnutrición: pobreza de racionamiento; cambio de personalidad; extremada delgadez; disturbios hormonales que pueden ocasionar irregularidades en la menstruación; piel reseca y pálida; pérdida de la textura y salud del cabello; baja presión arterial; etc.

Obesidad y los jovenes:

Si una persona es relativamente gorda, se dice que tiene sobrepeso; si la persona es demasiado gorda, se dice que es obesa. Precisemos esta diferenciación: referido a tablas para venezolanos, un individuo que, según su contextura, sexo, tamaño y edad, tiene un peso entre un 10% y un 20% mayor que el peso ideal, se dice que tiene un sobrepeso. Si el peso de la persona tiene más de un 20% por encima del peso ideal, esa persona es obesa.

La obesidad comienza en algunas personas durante su infancia o su adolescencia. A estas personas les resulta más difícil reducir su peso que a las personas que comenzaron a ser obesas cuando ya eran adultos. El grave problema que representa la obesidad es que las personas obesas, en general, sufren de altos niveles de colesterol, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, artritis, irregulares en la menstruación, varices, hernias y además, pueden ser rechazadas por la sociedad.

Un adolescente obeso debe someterse aun tratamiento dietético, acompañado de un plan de ejercicios, para reducir su peso y alcanzar el peso ideal. Dada la fuerza de voluntad que se requiere para realizar estas actividades, es necesario que el adolescente obeso reciba todo el apoyo y la motivación de parte de sus padres y familiares.

Simbolos patrios (Mexico)


Cuando escuchamos hablar de símbolos patrios, inmediatamente pensamos en la Bandera, el Escudo y el Himno Nacionales, sin reflexionar el porque de ellos. Pues bien, hemos comentado ya acerca de la nación mexicana, en la que encontramos aspectos jurídico-políticos y de orden emocional, afectivo y sentimental; en este ultimo aspecto encuentran cabida nuestros símbolos patrios, pues ellos nos hacen recordar las gloriosas hazañas realizadas por los hombres que lucharon para mantener unido al pueblo mexicano en el territorio que legalmente le pertenece y en torno a los ideales de solidaridad, independencia soberanía y libertad necesarios para desarrollar su realidad social de acuerdo con sus propios intereses.

Así, debemos aprender a respetar los símbolos patrios, para lo cual es necesario el conocimiento real de ellos; por tal razón, este tema lo dedicaremos al estudio de su historia y a las disposiciones sobre su uso.

Actualmente, la bandera esta formada por un rectángulo dividido en tres franjas verticales idénticas, con los colores verde, blanco y rojo a partir del asta; al centro del color blanco esta dibujado el Escudo Nacional. El asta, por su parte tiene tres partes: moharra, asta y regatón.

Nuestro Escudo Nacional constituye un símbolo basado en la historia antigua; es la expresión grafica que recoge el pasado indígena de nuestra nación.

Desde la época precolombina, el águila es parte de la mitología indígena y representa la fuerza cósmica del Sol; la serpiente simboliza las potencialidades de la tierra; el águila que devora a una serpiente significa la unión de principios vitales que orienta a un pueblo hacia sus metas de superación.

El nopal es una planta hermosa, atractiva y original propia del paisaje del Anahuac; habría de dar nombre a la gran ciudad del Anahuac: Tenochtitlan, que significa “entre tunas o nopales”. Por ello, el águila que devora a una serpiente y posada sobre un nopal, se constituyo en el elemento más importante de nuestro Escudo Nacional.

Su historia comienza al término de la guerra por la independencia de nuestro país. En aquel entonces se vio la necesidad de tener un canto a la patria, para resaltar los hechos heroicos del país y reforzar la identidad nacional.

Así, en noviembre de 1853, el gobierno de Santa Anna publico la convocatoria para participar en la composición de lo que seria el Himno Nacional Mexicano. El concurso tuvo dos etapas; en la primera se Eligio la letra y en la segunda, la música. Hubo veinticuatro participantes, de los cuales obtuvieron el triunfo, Francisco González Bocanegra por la letra y Jaime Nunó por la música.

El estreno del Himno Nacional se llevo a cabo en el teatro Santa Anna el 15 de septiembre de 1854.

La Inquisición



Inquisición, institución judicial creada por el pontificado en la edad media, con la misión de localizar, procesar y sentenciar a las personas culpables de herejía. En la Iglesia primitiva la pena habitual por herejía era la excomunión. Con el reconocimiento del cristianismo como religión estatal en el siglo IV por los emperadores romanos, los herejes empezaron a ser considerados enemigos del Estado, sobre todo cuando habían provocado violencia y alteraciones del orden público. San Agustín aprobó con reservas la acción del Estado contra los herejes, aunque la Iglesia en general desaprobó la coacción y los castigos físicos.
Orígenes de La Inquisición

En el siglo XII, en respuesta al resurgimiento de la herejía de forma organizada, se produjo en el sur de Francia un cambio de opinión dirigida de forma destacada contra la doctrina albigense. La doctrina y práctica albigense parecían nocivas respecto al matrimonio y otras instituciones de la sociedad y, tras los más débiles esfuerzos de sus predecesores, el papa Inocencio III organizó una cruzada contra esta comunidad. Promulgó una legislación punitiva contra sus componentes y envió predicadores a la zona. Sin embargo, los diversos intentos destinados a someter la herejía no estuvieron bien coordinados y fueron relativamente ineficaces.
La Inquisición en sí no se constituyó hasta 1231, con los estatutos Excommunicamus del papa Gregorio IX. Con ellos el papa redujo la responsabilidad de los obispos en materia de ortodoxia, sometió a los inquisidores bajo la jurisdicción del pontificado, y estableció severos castigos. El cargo de inquisidor fue confiado casi en exclusiva a los franciscanos y a los dominicos, a causa de su mejor preparación teológica y su supuesto rechazo de las ambiciones mundanas. Al poner bajo dirección pontificia la persecución de los herejes, Gregorio IX actuaba en parte movido por el miedo a que Federico II, emperador del Sacro Imperio Romano, tomara la iniciativa y la utilizara con objetivos políticos. Restringida en principio a Alemania y Aragón, la nueva institución entró enseguida en vigor en el conjunto de la Iglesia, aunque no funcionara por entero o lo hiciera de forma muy limitada en muchas regiones de Europa.

Dos inquisidores con la misma autoridad --nombrados directamente por el Papa-- eran los responsables de cada tribunal, con la ayuda de asistentes, notarios, policía y asesores. Los inquisidores fueron figuras que disponían de imponentes potestades, porque podían excomulgar incluso a príncipes. En estas circunstancias sorprende que los inquisidores tuvieran fama de justos y misericordiosos entre sus contemporáneos. Sin embargo, algunos de ellos fueron acusados de crueldad y de otros abusos.

Independencia de México

El engrandecimiento de México
Por: José GONZALEZ TORRES

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16 de septiembre de 1997

Las Fiestas Patrias son la celebración de la independencia política de México, de su nacimiento como Estado soberano en el concierto internacional de los pueblos. Es el cumpleaños de México.

Ahora que realmente nuestra independencia se consumó el 27 de septiembre. El 16, que celebramos, fue el inicio, el arranque de la decisión de un grupo de mexicanos que se lanzaron a la empresa, pero siguieron mandando las autoridades españolas. No eramos aún independientes. El día 27 de septiembre fue la consumación, la efectividad de la independencia: el virrey O'Donojú reconoció el hecho y firmó el acta de independencia cesando en su ejercicio las autoridades españolas. Celebremos ambas fechas: del inicio y de la gloriosa terminación. Vale que ambas son en septiembre y que ya el gobierno, tras siglo y medio de obcecada negativa, ha reconocido -desde 1993- la auténtica acta de independencia y a Iturbide como consumador de la misma.

Cuando felicitamos a una persona por su cumpleaños le deseamos muchos días de éstos y muchas felicidades. Lo mismo hemos de desear a México: muchos años como Estado soberano y en medio de una conveniente prosperidad. La independencia se pierde porque algún vecino -poderoso- ocupa y domina al país. Y de los vecinos de México sólo EE.UU. es poderoso y con capacidad de dominarnos en un instante. ¡Nomás faltaba que nos dominaran Cuba, Belice o Guatemala! El peligro son los Estados Unidos.

Hace exactamente ciento cincuenta años -el 16 de septiembre de 1847- el ejército norteamericano, secundado por muchos malos mexicanos que debieron combatirlo, ocupó la ciudad de México, capital de la República, e izó en el Palacio Nacional, para vergüenza nuestra, su bandera de barras y estrellas, y sólo se retiró -dejando dolorosa huella de destrucción, bandidaje y humillaciones- cuando forzó al vencido a cederle la mitad norte del territorio mexicano, con más de dos millones de kilómetros cuadrados. Son fastos vergonzosos que deben servir para examen de conciencia y enmienda de la presente generación. ¡Ominoso sesquicentenario! No creo que Estados Unidos pretenda ahora dominar a México o "quitarle" otra vez la porción norte: Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas; no. Ya no le interesa territorio; ahora necesita mercados para sus productos. Y amarró el de México con el TLC gracias, otra vez, a malos mexicanos que se lo regalaron sin garantía alguna. Por eso son los embargos que "ellos", unilateralmente, decretan contra el atún, el jitomate, el ahuacate, etc., mexicanos; y en cambio sobreabundan en nuestro débil mercado los productos yanquis. Cuesta trabajo, por ejemplo, hallar manzana "criolla", mexicana; sólo hay manzana "Washington", y por el estilo.

Ahora pues, desear para nuestra Patria "muchas felicidades" debe comprometernos a esfuerzos muy serios y sostenidos para fomentar nuestra personalidad, nuestra identidad nacional y para contribuir a crear la prosperidad que dé a la patria la felicidad que le deseamos, y que consiste en dar felicidad a todos sus hijos.

Y el primer obligado en esta tarea es el gobierno, como responsable nato de la gestión del bien común nacional. No somos tan candorosos para confiar en su diligencia, eficacia, honradez y patriotismo, pero es su obligación y tenemos que exigirle su cumplimiento, porque además es irremplazable en la tarea. Ni con la mayor buena voluntad del mundo podríamos los particulares sustituirlo. Se necesita la organización gubernamental. Apremiándolo irá cediendo, a regañadientes... pero ya empieza a hacerlo. Y los miembros de oposición, que cada vez en mayor número acceden a los puestos públicos, deben dar cátedra, y cátedra solemne, de servicio al bien común. También a la oposición le falta mucho para "dar el ancho", pero también a ella hay que exigirle el cumplimiento de su deber, que además ha sido su bandera de campaña, mil veces reiterada al pueblo necesitado.

Mas independientemente de lo que haga el gobierno y sin perjuicio de exigirle a porfía que cumpla su deber, cada mexicano debe, en la medida de sus posibilidades, contribuir al bien común.

No se trata de aportaciones económicas que se hacen mediante el pago de impuestos -que ha de ser leal-, sino de las actividades y servicios propios de nuestra profesión y empleo que deben -por patriotismo- realizarse con diligencia, entusiasmo y perfección. Se trata de superar al "ai se va", el "a mí qué", el "me vale", tan característicos del temperamento mexicano y que hacen mediocre la producción nacional; se trata de inflamar el sentido de responsabilidad, de cooperación al bien social, de auténtico "patriotismo" que eleve a la patria a mayores alturas hasta colocarla entre las grandes.

Que el mundo intelectual investigue en serio y enseñe con eficiencia; y que el alumnado estudie también en serio y aprenda a raudales. Se dice que la Universidad Nacional es de decimoséptima categoría. ¿Por qué ha de ser tan mediocre si su antecesora la Real y Pontificia -aunque todavía haya quienes nieguen el parentesco- se codeaba con la de Salamanca y demás españolas, que eran de las más avanzadas de Europa en aquel entonces?

Que los terratenientes -en sentido lato-, sociedades agrícolas y pequeños propietarios cultiven la tierra con empeño y tecnología para arrancarle mayor producción en beneficio de ellos y provecho de toda la nación pues todos vivimos de los frutos de la tierra. En los países desarrollados, que usan tecnología adecuada, la tierra produce veinte toneladas de cualquier grano por hectárea, ¿por qué entre nosotros sólo rinde dos o tres? Sé que no es fácil, que la tecnología significa inversiones, que cuesta dinero, pero hay que gritar -y sostener el grito- que debe hacerse. Hay que exhortar a los mexicanos que mantienen sus capitales en el extranjero a que por patriotismo los traigan para que pueda financiarse a los agricultores mexicanos. Y los ejidatarios... ¡Qué decirles si dependen del gobierno! Que sean realmente refaccionados para que puedan contribuir a la producción para bien suyo y de la nación. Es poco, pero cuenta. Que produzcan para comer bien y algún excedente que vender a "los demás". Y así "grano a grano llena la gallina el buche", se acrecienta la producción.

Al sector industrial hay que pedirle lo mismo, mayor producción y de mejor calidad para que resulte "exportable" y contribuya a competir en el mercado exterior para nivelación de la balanza de pagos y fortalecimiento del peso y de la economía nacional. Para los industriales en eso consiste el patriotismo.

El sector servicios tiene la misma responsabilidad, máxime que es el de más porvenir. En agricultura e industria la máquina desplaza al hombre que ha de refugiarse en los servicios. Estos, por razón natural, tienden a diversificarse para acoger a trabajadores en número siempre creciente.

Las felicidades de México, que le deseamos en su cumpleaños, consiste en eso: trabajo esforzado, sostenido, calificado que dé empleo a todos los mexicanos, justo pago por su trabajo, abundancia de producción para un decoroso nivel de vida interno, y exportación que balancee la economía nacional.

"El que hambre tiene en tortillas piensa". Viendo la lotería de cuarenta millones de pesos, a veces pienso que debería haber también lotería de buenos gobiernos. Pero no, el buen gobierno es fruto del esfuerzo humano. Y está bien que así sea. El proverbio "Los pueblos tienen los gobiernos que se merecen" es rigurosamente exacto. Tenemos que merecerlo mediante nuestro trabajo y civismo.

Felicidades a México y a cada uno de los mexicanos.- J.G.T.- México, D.F., septiembre de 1997.